LOS VARONA DE VALHERMOSA : PREDICADORES Y POETAS DEL XVI

«Val umbroso de flores peregrinas,
Llenas de gusto, olor, beldad, sustento,
Que alma, affectos, desseo, entendimiento,
Mueves, guías, enciendes y refinas. (...)»


Y mucho más dice este bello poema de Alonso Varona de Castilla, «natural del lugar de Valhermosa en el Valle de Valdivielso». Con sus versos (pondré al final una transcripción completa) Valdivielso entra por la puerta grande en la literatura del Siglo de Oro, y digo esto porque, en mi modesta opinión, tienen tal calidad que podría haberlos escrito el mismísimo Lope de Vega. Se publicaron en 1596, como elogio al autor de un libro titulado «Tractado del Ave María», y dicho autor del libro no era otro que el escritor Fray Pedro Varona de Valdivielso, hermano de Alonso. Parece ser que esto de incluir en un libro los elogios al autor era algo habitual y que se tomaban muy en serio en el siglo XVI, y, al menos aquí, aparecen unos poemas de gran calidad y larga extensión. Como autores de loas a Fray Pedro, y demostrando que los Varona de Valhermosa eran una familia muy bien avenida, aparecen otros dos hermanos: Juan Bautista y Esteban, que se presentan, al igual que Alonso, con el apellido «Varona de Castilla», aunque Fray Pedro utiliza siempre el «Varona de Valdivielso». Según el diccionario de autores burgaleses que publicó Manuel Martínez Añíbarro en 1889, Fray Pedro Varona de Valdivielso «nació en el pueblecito de Valhermosa, en el ameno valle de Valdivielso, y vistió el hábito del seráfico San Francisco en San Juan de los Reyes de Toledo el 7 de octubre de 1575. Fue profesor de Teología Moral, asociado a las misiones de Filadelfia [¿Colombia?] y famoso predicador. Falleció a principios del siglo XVII. Fue muy docto varón y de grande aprecio en su Orden».

Más dificultad tengo para entender el poema de Juan Bautista (Ioannis Baptista) Varona de Castilla, publicado asimismo como elogio al autor, en el libro «In Psalmum», también de su hermano Fray Pedro. Allí Juan Bautista dice cosas tales como: «… pulcherrima vallis/ visendis opibus pollens, cui Valdivielso/ nomen inest», y yo francamente, por lo que respecta al latín, me he olvidado hasta de las declinaciones. Sin embargo, he vislumbrado que el poema habla de cuestiones históricas y creo que puede ser muy interesante. Es por esto que le he pasado la patata caliente a nuestro querido sabio Jesús Moya, con el ruego de que nos traduzca lo que Juan Bautista Varona de Castilla dice sobre Valdivielso, para que lo entendamos todos y podamos valorar también la calidad de este segundo poema. En «De arcano verbo», otra obra de Fray Pedro Varona de Valdivielso, habría dos poemas más en latín, uno de su hermano Alonso y otro de su hermano Esteban. De este último también habría un soneto en la obra «Hospicio de San Francisco», pero todavía no he podido localizar ninguno de estos tres poemas.

En el libro «Tractado del Ave María», y también en «In Psalmum», aparecen referencias a Fray Antonio Varona de Valdivielso, el obispo asesinado en Nicaragua en 1549, y a Fray Diego Varona de Valdivielso, del que se dice que fue «ilustre por milagros en vida y muerte, cuyo cuerpo entero está en el convento de Nuestra Señora de la Salzeda, del qual fue Guardián vigilantísimo». Por las fechas, se podría suponer que estos clérigos famosos fueran tíos o tíos abuelos de los hermanos Pedro, Alonso, Juan Bautista y Esteban Varona, pero no tengo referencias genealógicas que me permitan establecer claramente el parentesco. Según Fray Licinio Ruiz, el venerable Fray Diego sería «hermano de sangre y de hábito» del escritor Fray Pedro Varona, con lo que ya tendríamos cinco hermanos. Según el nobiliario del genealogista Luis Varona, «Origen y descendencia de diferentes familias y casas de España» (1685), el apellido Varona llegó a Valhermosa cuando casaron allí Alonso González Varona y Miguel González Varona, hijos de Juan Rodríguez Varona, señor de la casa de Arroyo, y de su esposa Juana Rodríguez de Hoz. De Miguel González Varona descenderían «Fr. Pedro Varona, predicador del convento de San Juan de los Reyes de Toledo, y su hermano don Alonso Varona, familiar del Santo Oficio, que tuvo casa en Pozuelo de Aravaca, de quien proceden los Varona de aquella comarca». Esteban Varona de Castilla también era residente en Pozuelo de Aravaca, según se indica en el encabezamiento de su poema publicado en el «Tractado del Ave María». Sin embargo, el prolífico genealogista Luis Varona casi nunca indica fechas y, en cuanto a los parentescos, suele hablar de descendientes sin precisar si se trata de hijos, nietos u otra cosa. Y no he averiguado nada más sobre los hermanos de Fray Pedro. Sus nombres no aparecen precedidos de tratamiento alguno, lo cual me hace suponer que no serían clérigos, pero desde luego, por la calidad de sus escritos, está claro que sí eran hombres muy instruidos y con una vena lírica muy marcada. La investigación es difícil en el siglo XVI, porque no suele haber partidas eclesiásticas, y las actas notariales que se conservan son escasas y de complicada lectura. Y, como dice don Alonso Varona en sus versos, «El que sabe y no sabe, el agua coja que en su vaso cabe». Sin embargo, habrá que esforzarse por averiguar algo más, porque, aunque de clérigos andemos bien surtidos, no nos sobran literatos en Valdivielso. [A ver si los amigos de este foro que viven en Madrid se animan y echan un vistazo a lo de Aravaca, por si allí hay algo.🧐]

Y he aquí una transcripción completa, para hacer más cómoda la lectura, del poema escrito por «Alonso Varona de Castilla, hermano del Autor, natural del lugar de Valhermosa en el valle de Valdivielso Diócesis de Burgos, en loor de la obra y del Autor.»

«VAL umbroso de flores peregrinas,
Llenas de gusto, olor, beldad, sustento,
Que alma, afectos, deseo, entendimiento,
Mueves, guías, enciendes y refinas.
VALDIVI val de Dios, que a las Alpinas
Cumbres del estrellado alojamiento
Sube desde este miserable asiento
Sobre letras humanas y divinas.
ESSO, elegante Autor, sois en el suelo
ESSO vuestra loable intención pía,
Y ESSO al fin vuestro libro acrisolado.
DEmos el AVE al mundo, el mundo al cielo,
El cielo al sumo Dios, Dios a MARÍA,
Que el Angélico ve así declarado.

LIRAS EN LOOR DEL AUTOR Y SU PATRIA

En la parte de España,
Donde se muestra el Sol más dadivoso,
Y del mar do se baña,
Sale con rostro hermoso
A dar su luz al mundo tenebroso.

Y hacia donde inmóvil
El Norte permanece, está asentada
Una provincia noble
Del claro Ebro bañada,
Y tarde de Romanos sujetada.

De una ciudad famosa,
Cuyo nombre Cantabria antiguamente,
En virtud poderosa,
Y en nobleza eminente,
Tomó su nombre la provincia y gente.

Un valle pues espeso
Esta provincia tiene muy hermoso,
Llamado Valdivielso,
A quien Ebro famoso
Con su corriente deja más vistoso.

Con suaves respuestas,
Al Eco de sus aguas cristalinas
Responden las florestas,
Y de mil clavelinas
Corona las riberas más vecinas.

A cuyos comarcanos
Lugares, el Autor de lo criado
Hizo ilustres y ufanos,
Pues hombres les ha dado,
De nobleza y virtud vivo dechado.

Las plantas sus coronas 
Están al sacro río sujetando,
Y entre ellas los Varonas
Sus ramas dilatando,
Sobre todas se van entronizando.

Y ha dado tal consuelo,
El fruto que estas plantas han llevado,
Que el soberano cielo
Las ha fertilizado
Y muchas en su huerto trasplantado.

De aquí salió aquel Santo
Obispo fray Antonio de Varona,
Cuyo valor fue tanto
Qual su muerte pregona,
Mereciendo de Mártir la corona.

Orillas deste río
Nació también aquel varón famoso
Que con celestial brío
Y pecho valeroso
Del enemigo triunfa victorioso.

Fue aqueste el Santo Diego,
Que con virtudes y obras milagrosas,
Resplandeció cual fuego
Que, puesto en tenebrosas
Regiones, da centellas más hermosas.

De aquí su descendencia
Trae también el Autor deste Tractado,
Cuya virtud y ciencia
Es un vivo traslado
De lo que en su alma tiene atesorado.

Y así de la alta fuente
Que es Dios, hoy con su libro nos da la llave,
Para que el más prudente,
Y el que sabe y no sabe,
El agua coja que en su vaso cabe.

A quien el tiempo largo,
Ingrato ser no puede, ni inclemente,
Más antes a su cargo
Está perpetuamente,
Guardarle como a llave de tal fuente.»
«F I N»

Versos de siete y doce sílabas, rima consonante, he aquí unos quintetos bastante libres y airosos. ¡Ahí es nada don Alonso! Orgullo de valle y de estirpe. Si lo dice Luis Varona, don Alonso sería familiar del Santo Oficio en Aravaca, y en algo más aburrido trabajaría, pero, no sé porqué, me lo imagino veraneando en Valdivielso y bailando con las mozas una gallarda en amenos prados a orillas del Ebro. Me ha gustado su poema. Espero que a vosotros también

 

 

Mertxe García Garmilla